Cuatro generaciones


La vida pasa muy rápido cuando tienes 97 años; muy rápido para que no te comas ese chocolate, muy rápido para que no te hagas esas fotos, muy rápido para desperdiciar cualquier abrazo, cualquier beso, cualquier juego, cualquier mirada. Los niños son el presente, pero los ancianos también. Ambos se unen en el ahora. Disfrútalos ahora, porque la vida larga o corta, es rápida...


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